Llegó la oscuridad…
El 17 de junio del 2021 a la 1:15 pm el universo se detuvo para mi, el mundo cambio de color, el dolor, la incertidumbre y la angustia pasaron a ser parte de mi vida. Lo último que recuerdo es a mi hija ingresando a urgencias de la clínica y solicitando ayuda; 10 días quedaron en borrados en mi vida, solo algunas imágenes muy difusas permanecen en mi memoria.
Al cabo de ese tiempo, y después de dos intervenciones, los médicos poco a poco me fueron despertando y me dijeron que estaba en la UCI de la clínica. PRIMER MILAGRO, estaba viva, con un pronóstico reservado, ¡pero viva!
Los doctores que me atendieron me dijeron que había sufrido un sangrado en la medula espinal por una malformación vascular que tenía en la parte cervical, y que por esa razón, estaba paralizada del pecho para abajo, debido a la isquemia que el sangrado había generado y me despertaban porque había posibilidad de una tercera operación para que los neurocirujanos retiraran la malformación y así eliminar la posibilidad de un nuevo sangrado, pero necesitaban mi autorización.
Me explicaron en que consistía la cirugía y solo recuerdo que me dijeron que había una posibilidad de asegurar una rehabilitación, a pesar del inmenso miedo que me invadió, di mi autorización porque en mi mente estaba el eco de la palabra ESPERANZA, esperanza, esperanza, eso me bastaba para seguir luchando y poder estar al lado de mis hijos, y allí ocurrió el SEGUNDO MILAGRO, después de 7 horas los neurocirujanos retiraron la malformación genética que estaba ubicada en un lugar muy complicado y a pesar de quedar con un diagnóstico de daño completo en la medula estaba viva y podía iniciar el trabajo de rehabilitación metal y física al lado de lo más importante en mi vida. Maria Camila y Juan David. No sabía cuanto tiempo iba a durar esa rehabilitación, como iba a ser, cuando se iba a ir el dolor, si podría volver a caminar… Pero había ESPERANZA y eso era más que suficiente.
Llegada a casa …
Quede dependiendo completamente de la ayuda de los demás, no podía comer o asearme sola, incluso las actividades que antes eran las más sencillas, como lavarme los dientes o sentarme sola que las podía hacer sin ayuda, siempre debía tener a alguien a mi lado haciendo las cosas por mí.
Mi mente estaba aún activa y soñaba con ser nuevamente independiente, por eso decidí colocar todo mi empeño en recuperar mi independencia, mis primeras metas: volver a usar cubiertos y comer sola, lavarme los dientes sin ayuda y dejar la cama hospitalaria para usar la silla de ruedas porque podía permanecer sentada.
Andres Alfonso en su poema Nada ni nadie duele para siempre dice: “Los malos momentos también tienen fecha de caducidad” y por eso, tomé la decisión de hacer algo diferente en mi vida, por primera vez YO estaba por encima de todo, YO debía cambiar mi mentalidad y enfocar todas mis fuerzas y mi espíritu en MI RECUPERACIÓN que entendí solo dependía de mí.
Cambió mi visión de vida: Sí el mundo se había detenido para mí y solo yo podía volver a echarlo a andar… El problema era que no sabía como lo iba a hacer, pero siguieron apareciendo ángeles en mi camino y se dieron unas coincidencias increíbles porque después de dos meses de ocurrido el accidente en mi medula, ocurrió el TERCER MILAGRO llegue a Mobility Group.
Mobility Group una aventura increíble…
Aún hoy me pregunto cómo se dio ese golpe de suerte, cómo la vida me trajo hasta acá y aun hoy no lo creo, es un verdadero milagro.
Desde el primer momento que ingresé a Mobility vi cómo se fortalecía esa ESPERANZA con unas palabras mágicas que me repetían constantemente: “Tú puedes y vas a recuperarte con el Programa de Rehabilitación Integral que hemos diseñado para ti”.
Me aclararon que no sabían cuánto tiempo íbamos a demorar, hasta donde íbamos a llegar, pero que trabajaríamos hombro a hombro, juntos en un solo equipo día a día para recuperarme física y mentalmente. Porque así me hablaban, en plural, en equipo, como lo hace una familia.
Desde el primer día en Mobility inicio MI GRAN AVENTURA DE VIDA, un renacer desde las cenizas para lograr lo imposible para algunos incrédulos, pero que desde el fondo de mi corazón tenía la certeza que iba a ocurrir. ¡Porque la ESPERANZA es lo último que se pierde!
Día a día estoy junto a un excelente grupo de profesionales que se han convertido en mi familia, que me acompañan en los buenos momentos y en los difíciles también. Siempre están ahí, me retan, me aconsejan y me ayudan a sacar lo mejor de mí.
Hoy seis meses después de ingresar, y a pesar de un diagnóstico tan difícil, ya estoy caminando con bastón y dando mis primeros pasos sola.
Para mi el personal de Mobility, mi familia, es un equipo alegre, que se preocupan por todos los que venimos a las terapias, que se comunican entre ellos para ver que es lo mejor para nosotros sus pacientes, que buscan alternativas para alcanzar los objetivos y que nos permiten a nosotros, los usuarios rehabilitarnos de manera integral.
GRACIAS MUCHAS, GRACIAS A TODOS Y CADA UNO DE LOS INTEGRANTES DE LA FAMILIA MOBILITY, sin ustedes yo no estaría hoy donde estoy y como aún tengo que seguir recuperándome, cada día asistiré con la alegría de saber que cuento con ustedes para seguir en esta aventura de vida.